Tarea 14: Texto relacionado con la psicología

 

¿Crianza o Naturaleza? ¿Cuál es el determinante del género?



Introducción

Uno de los debates con mayor controversia que ha existido y todavía persiste en el mundo de la psicología, es hasta qué punto la personalidad o comportamiento de una persona es determinado por su genética o “naturaleza” y hasta qué punto es determinado por la crianza. La naturaleza se refiere a las estructuras y procesos biológicos y la crianza se refiere a las influencias socioculturales. Estableciendo como propósito del siguiente ensayo el  análisis con mayor profundidad de este dilema existente más específicamente en el género.

Hoy en día debemos preguntarnos si existen factores biológicos que nos guían al establecimiento de las diferencias de sexo, o de si son únicamente prejuicios e ideologías sexistas inflictas en ambas partes. Considerando que las teorías biológicas del género han sido utilizadas para oprimir y minimizar a las mujeres en un pasado no tan distante, no es de extrañar que se vea con sospecha dichas teorías, mas aún cuando con demasiada frecuencia las teorías biológicas han relegado a la categoría de políticamente incorrecto o incluso reaccionarios a los estudios de género.

A pesar de ello, nadie puede refutar que los hombres y mujeres son criaturas biológicas. Aunque únicos en varios sentidos, los humanos somos animales, es decir, moldeados por fuerzas evolutivas que a veces producen diferencias sexuales. Lo que implica que no somos únicamente hombres y mujeres por medio de la cultura, sino también por mecanismos adaptativos evolutivos.

 

Naturaleza y Crianza

Para entender la naturaleza y crianza (nature and nurture) del género se debe ver múltiples disciplinas: genéticas de comportamiento, antropología, sociología, varias ramas de la psicología, etc. Pero primero, ¿qué es el género? La Organización Mundial de la Salud define el género como la referencia a los roles, características y oportunidades que son definidos por la sociedad, en las cuales encasillan los comportamientos apropiados para hombres, mujeres, niñas, niños, y personas con identidades no binarias. Es decir, que están determinados principalmente por la cultura, son aprendidos, y son el resultado de procesos socioculturales erigidos sobre el sexo.

Por otro lado, la Amerian Psychology Association (2015) considera que el “sexo usualmente refiere a los aspectos biológicos de ser macho o hembra”.

Dicho esto, existen diferencias significativas (estadísticamente confiables) entre los sexos, siendo las razones de estas diferencias abiertas a debate. Planteando dos puntos de vista predominantes: el primero enfatiza diferencias de los sexos, que podría erróneamente resultar en la ilustración errónea de hombres y mujeres como sexos opuestos, cuando en realidad ambos sexos son rara vez (o ninguna), opuestos del otro.

La segunda, la perspectiva opuesta de las diferencias de sexo tiende a minimizar las diferencias. Esta perspectiva minimalista explica que la mayor parte de diferencias de sexo son pequeñas a insignificantes en magnitud, e incluso cuando ocurren son efímeras. Esta perspectiva busca plantear que al aparecer estas diferencias en ciertas situaciones y en otras no, implica que las diferencias en comportamiento son creadas por el entorno social (ej. Organizaciones de trabajo que asignan más poder a un sexo que a otro), por lo tanto, pueden ser eliminadas cambiando los entornos sociales. La perspectiva minimalista generalmente sostiene que las diferencias de sexo humanas no son por diferencias biológicas innatas entre hombres y mujeres.

Los minimalistas sugieren que cuando hay diferencias de sexo en comportamiento, normalmente son el resultado de estereotipos de género y de métodos de investigación equivocados. Por ejemplo, los resultados de investigaciones reportan que los hombres tienen más parejas sexuales que las mujeres (Wiederman, 1997). Pero ¿esto refleja la verdadera diferencia de sexo, o indica en cambio que al responder las encuestas, hombres y mujeres responden de manera que se ajustan a los estereotipos de género? Si los estereotipos comunes representan a los hombres como más promiscuos e interesados en sexo que las mujeres, entonces, tal vez, hombres y mujeres se describen a ellos mismos consistentemente con estos estereotipos.

Para analizar qué tanto los factores ambientales y biológicos contribuyen al género, se debe examinar las diferencias de sexo en comportamiento y las diferencias individuales entre masculinidad y feminidad de cada sexo

Problemas similares pueden afectar otros estudios que miran a las diferencias de género en comportamientos auto reportados, tales como, agresión, decisiones arriesgadas o de riesgo, o ayudar. A pesar de estos problemas, los investigadores continúan estudiando las diferencias de sexo. Después de todo, el concepto de género es parcialmente definido por diferencias y variaciones (masculinidad y feminidad) entre sexos.

Por estos motivos, se han establecido teorías interaccionistas que integran la naturaleza y crianza debido a que aun cuando se ha esparcido el conocimiento de las diferencias de sexo y similitudes en el comportamiento reflejan tanto crianza como naturaleza, la mayoría de análisis teóricos enfatizan en uno u otro conjunto de causas.

 

Punto de Vista Genético

Teniendo en mente lo anteriormente mencionado, se debe considerar de igual manera que estudios genéticos han determinado que la especie humana es el resultado de una evolución química (desde la materia inorgánica a la biótica); biológica (transmitida de padres a hijos por medio de la selección natural); y cultural (herencia de los caracteres adquiridos, transmisión horizontal no limitada al parentesco, puede ser transmisible a cualquier miembro de la especie, etc.). La capacidad intelectual del ser humano ha permitido una evolución intelectual que a diferencia de la selección natural (adaptando los genes al ambiente), permite adaptar al ambiente a sus genes. Resultando a los estereotipos de género contradictorios a la evolución humana.

Hay dos principales conclusiones desde el punto de vista genético:

1)     El comportamiento del ser humano y su evolución en el curso de su vida no está determinado por su genética. Son el resultado, original, único, de un genoma único de una historia individual. Mientras que, el patrimonio genético participa en la inteligencia, psicología, y comportamiento.

2)     Los seres humanos no deben separarse de su biología, pero tampoco deben sentirse prisioneros de la misma. La cultura (en su sentido más amplio), y el comportamiento social son procesos extragenéticos, pero no agenéticos.

 

Conclusiones

En resumen, somos genéticamente diferentes, pero no debemos ni podemos ser humanamente desiguales. No existe una justificación biológica de los roles de género. Sin embargo, la investigación sobre género puede estar sujeta especialmente a creencias sesgadas, dado que las investigaciones sobre género y sexo son relevantes para las propias identidades sociales de los científicos, por lo que se considera que el futuro de la ciencia recae en la superación de estos sesgos ideológicos y de identidad, y formular teorías que integren de manera efectiva los principios de naturaleza y crianza en los enfoques interaccionistas. A pesar de ello, se reconoce la dificultas de elaborar tales teorías por los desafíos intelectuales para científicos y psicólogos que intentan modelar la dependencia intrínseca de la naturaleza de la crianza y viceversa. Y, como consecuencia, tal vez la investigación ha tendido a centrarse en uno u otro tipo de causa, generando una voz científica confusa en el discurso público. Siendo la comunicación el medio esencial por el cual se debe presentar la evidencia científica para razonar sobre el género en la vida diaria.

 

Bibliografía

-        Eagly, & Wood, W. (2013). The Nature-Nurture Debates: 25 Years of Challenges in Understanding the Psychology of Gender. Perspectives on Psychological Science, 8(3), 340–357. https://doi.org/10.1177/1745691613484767

-        González, M. D. O. (1999). Genética y género. Política y sociedad, (32), 115-140.

-        Ligarreto, G., Lobo, M., & Correa, A. (2005). Recursos genéticos del género Physalis en Colombia. Avances en cultivo, poscosecha y exportación de la uchuva, 9-27.

-        Lippa, R.A. (2005). Gender, Nature, and Nurture (2nd ed.). Routledge. https://doi.org/10.4324/9781410612946

World Health Organization. (2018, August 23). Género y salud. World Health Organization. Retrieved December 13, 2022, from https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/gender

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