Tarea 10: Motivaciones para estudiar la carrera
Todo recae a mis
15-16 años, edad en la cual quería vestirme y sentirme cómodo conmigo mismo.
Sin embargo, la imagen que deseaba tener no iba acorde con la imagen que mi
familia esperaba de mí. Razón por la cual se desarrollaron varios conflictos,
que poco a poco iban generando más inseguridades en mi persona; mi disforia
corporal fue aumentando, depresión, ansiedad, realmente la presión y tensión
que tenía que vivir constantemente me destrozaba lentamente.
La principal
preocupación de mi familia era (y es) el que yo quisiera ser un hombre,
preocupación generada por tanto la manera en la que quería vestirme, cómo
deseaba llevar mi cabello, pero la preocupación más alarmante para ellos fue
cuando comencé a fajar mi pecho con vendas que me impedían respirar
correctamente y que me causaba mucho dolor en las costillas. Lo hacía por la
incomodidad que sentía de verme en el espejo y sentirme dentro de un cuerpo que
no era mío.
Cuando se percataron
de que me fajaba el pecho, el horror y temor se desencadenó en ellos. Este
hecho los motivó a llevarme por primera vez al psicólogo. Netamente con la
intención de que me convenza de que lo que estoy haciendo solo me va a llevar
por un camino de mucho dolor y, mediante su ayuda profesional, poder
redireccionar mis pasos por el sendero “correcto”.
Lastimosamente
para ellos, en la primera y única sesión que llegué a tener con ese psicólogo
les aclaró que no hay nada malo conmigo, y, por consiguiente, terminó siendo
una sesión en la que mis padres hablaron de su relación olvidando el motivo
principal por el cuál estábamos ahí. Al no haber recibido la respuesta que
anhelaban, llegaron a la conclusión que lo mejor era no llevarme nuevamente
ahí.
Los años transcurrieron
y se volvió un tema del cual, si no se hablaba, por más que existiera, no
habría problema. Los conflictos y tensión se seguían sintiendo, pero procuraba
causar el menor malestar posible para mi familia.
Eventualmente, al
inicio de la pandemia se enteraron (por un accidente con mi celular) que yo
tenía novia. Destrozando por completo la esperanza e idea de que yo fuera
“normal” a pesar de la manera en la que me vestía y actuaba. Por segunda
ocasión, recurrieron a ayuda profesional de parte de una psicóloga para poder
comprender de mejor manera lo que estaba pasando conmigo. Sin embargo, tuvieron
que transcurrir varios meses en los cuales mi madre no podía dirigirme la
mirada y cada vez que lo hacía rompía en llanto con una decepción indescriptible
en sus ojos. Mi padre, por el otro lado, intentó ser un poco más comprensivo,
en el hecho de que a pesar de no estar de acuerdo tratar de entenderme de mejor
manera. Cabe recalcar que fueron aproximadamente de 6 sesiones que estuve en
terapia, en las cuales me aclaraba reiteradamente que lo que siento y cómo
deseo verme no está mal, pero que es complicado romper todos los esquemas de
imagen y crianza a los cuales mis padres fueron expuestos desde su niñez.
A pesar de que el
tiempo que estuve en terapia fue relativamente corto, me ayudó a tener una
mejor comprensión de mi persona, y de mi familia. Por esta razón, aun cuando
todavía persiste esta incomodidad, conflictos y tensión en mi hogar, ya existe
cierto grado de comprensión hacia mi persona.
Cabe recalcar que
amo a mi familia, soy grato de todas las oportunidades que me han sido
brindadas por ellos, y por las oportunidades que se me han presentado y que he
ido construyendo en el camino. Soy consciente de todo el esfuerzo, lágrimas, y
sangre que he derramado para llegar hasta donde estoy, y no me arrepiento ni
cambiaría nada, porque en base a todo soy la persona que soy hoy en día.
Ahora, ¿qué tiene
que ver todo esto para saber cuáles fueron mis motivaciones para estudiar
psicología? Sinceramente hay dos principales motivos. El primero, es que por
medio de esta carrera poder conocerme de mejor manera, aprender qué mecanismos
y herramientas debo emplear para mi bienestar personal, y de esa manera poder
ir sanando lentamente, e ir velando por mi crecimiento personal. Y el segundo,
poder ayudar a las personas, más que nada, saber cómo ayudarlas, qué es lo que
tengo que hacer, qué es lo que tengo que decir, entender de mejor manera el por
qué tanto de sus pensamientos como comportamientos. De modo que, también pueda
tener una mejor imagen de cómo funciona la mente humana. Quiero ayudar a otras
personas a sentirse escuchadas y realmente comprendidas, ser capaz de
brindarles una aproximación del porqué se sienten de esa manera y qué pueden
realizar para combatir con ese malestar tanto mental como emocional que han
venido experimentando.
Para concluir, a
pesar de que me queda un largo camino por delante, decidí escoger esta carrera
para ayudar a las personas a sentirse comprendidas, y ayudarme a mí mismo a
crecer y sanar mi mente y alma.
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